capitulo 4

Al regresar del gimnasio, Christian ve el edificio de al lado. Sonríe pensando en el chico que ha conocido.
--¿¡en que piso vivirá?¡
Una mujer con muletas está vendiendo lotería justo en frente:
--oiga, usted que se pasa el día... ¿no sabe que en piso vive los chicos que hoy se mudaron?
--Estos nuevos son algo sosos, no era como la antigua inquilina, siempre me compraba un décimo...
--¿sabe dónde viven?
La mujer le señala el piso. Christian está muy contento. Le da un beso a la mujer y le compra 3 décimos del mismo número. Toca el timbre de casa de los dos muchachos. Le abre Emilio que lo mira sofocado.
--hola, soy Christian... supongo que ahora sí te acuerdas de mí ¿no?
Emilio se pone muy nervioso.
--Luís, el vecino...
Luís sale a la sala pero se queda un poco al margen.
--Os traje un regalo de bienvenida... Compré lotería, el mismo número para lo 3... Me pareció que era un buen detalle... Es algo que siempre va bien... Imaginad si nos toca...
Luís es frío con Christian, aunque le pone muy nervioso Emilio se muestra más amable.
--gracias pero no podemos aceptarlo...
--si claro que sí, la compré para vosotros...
--Es que tenemos prohibido jugar a la lotería... –explica Emilio.
Christian se le ríe.
--¿estás de broma no?
Luís muy serio dice:
--los buenos cristianos no jugamos a la lotería ni nada por el estilo. Efesios 5:3-5.
Christian mira muy sorprendido al chico, mirando a Emilio le dice:
--¿¿qué le pasa a tu amigo?
--En serio, nuestra religión nos impide aceptar esto... --Emilio.
Christian está muy sorprendido:
--¿en serio? ¿de que religión o rollo así sois vosotros?
--somos Testigos de Jehová..
Christián sonríe:
--que coincidencia --piensa.
Luís muy brusco dice al guapo vecino:
--si somos Testigos de Jehová con mucho orgullo y ahora ¡¡tenemos mucho trabajo así que será mejor que te vayas...¡
Christian mira a Emilio:
--si claro, nos vemos en otro momento.
Cuando está saliendo pero aún con la puerta abierta Luís dice con desprecio:
--¡¡¿quien ha llamado a Maricas a Domicilio¡¡?¡ ¡vistes que minipantalon tan ridículo lleva¡¡?
--¡callate, que te va a oír¡ --le regaña Emilio.
--¡¡que me oiga, me da asco vivir cerca de una locaza¡¡
Emilio cierra la puerta. Christian se queda triste por el desprecio de Luís cuando quería ser amable. Rompe los billetes de lotería y sale a su casa.
--¡¡te has pasado con el vecino seguro que nos ha oído¡ --Emilio.
--¿¡pero a ti qué te pasa?¡ ¡¡este tipo es el mismo Satanás el diablo...¡
--se ve buena gente...
Luís le da golpes en la cabeza a su compañero:
--¿¿que crees que dirían nuestros padres si sabe que vivimos con esta locaza cerca?
--nos sacarían de aquí... –Emilio triste.
--¡con lo que nos ha costado que acepten la independencia y que aparte nos paguen esto yo no voy a renunciar a eso por una locaza¡¡
Los interrumpe el sonido del teléfono.

Mientras Christian llega a su casa. Julia salía de la ducha.
--oye, sabes que los nuevos chicos del barrio son Testigos de Jehová?
--si? que casualidad...
--Oye si me lo hago con uno de ellos ya habré ganado la apuesta ¿no?
Ella le sonríe:
--¿te refieres al chico que te gusta? Con él lo harías hasta gratis...
--No te lo voy a negar...
--pero además...¿tú no querías acostarte con tu hermanito para vengarte de su padre?
--La verdad es que estaría bien darle en las narices con sus creencias homofobas.
Christian sonríe con cara de depravado y dice:
--me acostaré con los dos...
--si claro... ese es mi Christian... --dice ella divertida.
Llaman al teléfono, lo toma él.
--si mamá... si tranquila que tu novio no sabrá que soy maricón... No te daré vergüenza... –con rintintín.
Aunque la mujer le pide que la entienda él la cuelga molesta.
--¿era tú mamá?
--si, mañana es la famosa cena...
--que bueno, al fin conocerás a tu víctima...
--¡¡me voy a acostar con él y mi madre no tendrá que esconder a su hijo maricón porque el de su marido será tan maricón como yo...¡ --molesto y con ganas de venganza.
--Ya Cris, tampoco culpes a tu madre... Ella es una mujer enamorada y una mujer enamorada pierde su voluntad ante el hombre que ella ama...
--Si yo a ella la entiendo toda mi rabia es por él... Él se muestra perfecto, se da el lujo de despreciarme a mí y estoy seguro que si vida dista mucho de ser perfecta...

Eloisa recibe una visita. Es un hombre de su edad. Le entrega flores.
--Rosa para una rosa...
--Emiliano...
Ella lo mira enamorado, él pícaro. La va besando y la lleva hacia la cama. Después de hacer el amor, ella le dice:
--las normas no nos la podemos saltar para celebrar mi cumpleaños pero para hacer el amor ¿si? ¿no es que la fornicación está prohibida fuera del matrimonio?
--ya casi estamos casados... Es sólo cuestión de que nuestros hijos se conozcan y ponemos fecha a la boda...
--Mi hijo te va a gustar mucho, es un chico estupendo...
--espero que tan bien sea un buen cristiano como mi Emilio...
--seguro que sí --dice la mujer algo insegura.
Está más que convencida que su novio no aceptará nunca un gay en su familia.

A la noche siguiente es la cena, Eloisa está muy nerviosa. Christian la está ayudando a poner la cena.
--tranquila mamá, todo saldrá bien...
Eloisa mira a su hijo. Lleva unos jeans.
--estás muy guapo...
--sé la ropa que no te gusta... tu novio no sabrá que soy gay...
LLama al timbre.
--¡¡es él... es él...¡
Eloisa y Emiliano se saludan con un casto beso. Eloisa los presenta. Emiliano y Christian encajan sus manos.
--espero que seas un xristiano de bien y un día te animes a venir a nuestras reuniones...
Eloisa está mirando mucho a su hijo, éste no quiere quedar mal con su madre:
--si puede ser... ¿y tu hijo? Tengo muchas ganas de conocerla...
Emilio entra con su hermana. Para Emilio y Christian es un gran impacto encontrarse. No pueden creer la coincidencia.