capitulo 9

Justo en el momento en el que Christian y Emilio iban a besarse, el segundo lo abraza muy sofocado.
--nunca he hecho algo como esto nunca.
Christian lo acaricia muy dulce y le susurra al oido:
--Tranquilo, esto no significa nada...
Emilio se aparta de él. Lo mira sorprendido:
--¡¡sí que significa algo¡
Christian lo tiene agarrado por el cuello:
--puede ser sólo un poco de diversión entre amigos --dice muy sensual.
--¿mi primera vez sólo sería un poco de diversión para ti? --le pregunta Emilio apartándose de él decepcionado.
Mientras se levanta le dice:
--tú equiparas el sexo a un apretón de manos, como coleccionar cualquier cosa... ¿¡qué esperas que todo el mundo te felicite por tus muchas conquistas?
Emilio está al lado en la cama. En cuclillas. Christian levanta la cabeza y lo mira molesto y le dice:
--¡¡oye no me vengas con tus sermones...¡ ¡¡tú no eres diferente a mi, quieres lo mismo que yo... ¡¡tu predicas en contra de los gay y eres uno más... sólo que yo no me oculto y tú sí ¿¿¡y te atreves a juzgarme?¡
Emilio se levanta. No se atreve a mirarlo. Se apoya en la pared abatido.
--¡¡sé que piensas que soy un idiota, que vengo de otro siglo¡
Christian se ríe pero está alterado:
--¡¡yo no pienso que seas idiota pero no eres mejor que yo¡¡
Emilio se da golpes en la puerta con la cabeza. No se atreve a mirarlo.
--¡¡si soy gay, me has descubierto ¿¡estás contento??¡
Emilio habla con dolor, Christian lo escucha sorprendido por su aptitud. Emilio sigue hablando.
--¡Es mi peor secreto... el que desde niño siempre me ha horrorizado... el que ni a mí mismo me atrevía a confesar porque iba en contra de todo lo que mi padre me ha enseñado, porque sé que mi padre prefiero un hijo muerto que no un hijo gay¡ ¡¡ahora estoy humillado ante ti, así que tu trabajo está hecho...¡ si dijeras esto me echarían de la congregación.
Christian está sentado sobre la cama. Lo mira casi con pena:
--¡¡resulta ridícula tu aptitud...¡¡ ¡¡si tanto te horroriza ser gay ¿¿porque ibas a hacerlo?¡
Emilio lo mira. Está muy angustiado.
--¿¿es que no crees en nada?
--¡¡claro que sí¡¡
--¡¡pues dime algo que te nazca de muy adentro en la que creas por encima de cualquier duda, de cualquier otro deseo¡¡
Christian se lo piensa unos segundos y con aire despreocupado dice:
--deberían hacer más reality shows en la tele... Me encantan... Ahí se ve la verdad de la vida...
Emilio está desesperado:
--¡¿¿y en eso basas tu vida?? ¡
Christian está sentado en la cama, con su paquete abultado. Emilio lo mira pero ya no siente deseo. Está muy molesto con él. Christian lo escucha serio.
--¡¡mírate eres tan guapo, tan llamativo... pero por fuera...¡ pero por dentro no tienes más que vacío. Eres como un elegante abrigo que camina y habla.
Herido Christian le dice:
--eso no es justo.
--¡¡pero es verdad¡¡ ¡¡no puede creer lo que he estado apunto de hacer cuando no hay nada, nada en ti que no sea superficial... Nada Christian... –Emilio decepcionado.
Emilio se va dejando a Christian abatido por la tristeza. Con el rostro desencajado por el daño que le han causado las palabras de su hermanastro. Tiene ganas de llorar.


Esa noche en su trabajo, está muy abatido.
--¿¡creéis en dios? --les pregunta a todos sus compañeros mientras preparan las mesas y los stripper ensayan su show.
--Los testigos te están jodiendo la mente --dice Julia.
--Oh, bonita, no puedes dejar que se metan en tu cabeza --le dice Ignacio.
--la apuesta era que tú convirtieras a uno de ellos... ¿recuerdas, Chris? --Julia.
--¿¿¡te olvidas con quien hablas? ¡¡a mi nadie me ha dicho que no¡
Christian mira a su amiga y le pregunta:
--no soy superficial, ¿verdad?
--cariño, no tienes que ser profundo sólo tienes que ser guapo.
Christian, se queda algo triste. Ignacio dice:
--si quieres saber de verdad si eras superficial o no ven a mi casa a las 6,30 de la mañana.
--¿¿de madrugada? ¡¡a penas habré dormido¡ ¡¿¿para qué tan pronto?
Julia se ríe.
--te tienes que sacrificar si quieres encontrarte a ti mismo... o lo que sea que estés haciendo --Ignacio.
--No crees que vaya ¿no? --le dice Christian desafiante.
Ignacio lo mira con una sonrisa burlona.

Sobre las 6 de la mañana y en jeans, Christian sale de su casa. En ese momento están saliendo Luís y Emilio que van a predicar por las calles. Se mueven en bicicleta. Emilio pasa por el lado de Christian sin ni mirarlo y es algo que a Christian le duele mucho. Se lo queda mirando con la esperanza que él se gire pero no, desaparece. Christian se queda triste.

Ignacio y Christian van a las afueras de la ciudad. A los barrios más marginales.
--¿¡dónde estamos?¿¿qué hacemos aquí?
--calla y verás...
Ignacio es voluntario en un comedor para niños sin hogar.
--estos niños no tienen nada, comen gracias a la caridad de la gente...
Ignacio le presente a Marisa:
--ella sirve las mesas mientras yo entretengo a los chicos... necesitamos más manos...
--es fácil... estoy acostumbrado a servir mesas...
Aunque a Christian le cuesta un poco controlar a niños hambrientas que esperan ser los primeros. En un momento dado, Marisa se acerca a él:
--¿¿qué haces aquí? Los tipos guaperas como tú nunca se preocupan de los demás... ¿sientes culpa de ser tan guapo?
Christian sorprendido iba a protestar pero la chica no le deja y sigue hablando:
--¿que pasa que estás aburrido de estar todo el día sin hacer nada, o en todo caso de pasártela en el gimnasio? ¿cansado de presumir de todas las camas que coleccionas, cansado de tu estúpida vida superficial?
Muy molesto Christian dice:
--vete a la mierda... No me conoces...
--solo hace falta mirarte para ver que no hay nada en ti...
Él está muy herido. Uno de los niños se ríe y le dice a Marisa:
--ha dicho mierda...
La joven es muy cariñosa con los niños:
--tranquilo no es de los nuestros... no va a volver.

Emilio y Luís están predicando. Les cuesta mucho que la gente les haga caso. Se acercan a una señora mayor para entregarle unas de sus revistas.
--no no me interesa...
La anciana va muy cargada con la compra.
--espere que yo la ayudo... --le dice Emilio.
--¿¡qué haces? Está no es nuestra misión... Ella no nos quiere escuchar...
--Nuestra misión es ayudar a la gente...
Emilio deja solo a Luís mientras ayuda a la anciana a llevar la compra a su casa.

En la tarde, cuando cada uno iba a entrar en su casa Emilio y Christian se encuentran cara a cara. A Christian le duele la indiferencia con la que lo trata Emilio.