capitulo 8

Mientras Eloisa y Emiliano contraen matrimonio ante toda la congregación, Christian que está al lado de Emilio, mira de reojo a ese tipo con el que se acostó que está al lado de Consuelo, la hermana de Emilio. Emilio se da cuenta de que Christian mira al amigo de su hermana.
--deja de mirar tanto así a Eduardo --susurra Christian-- con él nunca podrías poder tener nada...
--ah no... ¿y eso? --dice Christian divertido.
--está muy enamorado de mi hermana...
--son novios?
--Más o menos, pero es un secreto. Mi padre nunca aceptará que mi hermana tenga algo con uno que no es de nuestros hermanos, por eso está haciendo méritos...
--si claro... --Christian divertido.
Eduardo no se atreve a mirar a Christian está muy nervioso. Todos despiden a los novios, Eduardo se ha quedado atrás. Christian se acerca a él.
--no esperaba encontrarte aquí...
--ni yo a ti...
--a mí no me interesa esta mierda... –Christian.
--Emiliano no creo que sepas lo que eres...
--No pero a mi me da igual, yo no lo oculto. Es mi madre la que quiere que no lo sepa... y en cuanto a ti...
Eduardo agarra del cuello de la camisa al guaperas, se van a un rincón:
--¡¡me dijiste que lo podíamos olvidar...¡¡ --sofocado.
--si claro y yo lo olvido... pero da la casualidad que ahora tu novia es mi hermanastra y quiero saber de qué vas... Creo que tengo derecho... No sólo te acostaste conmigo sino que tenías una cita con otra...
--no tal alto...
Eduardo habla en un susurro. Le da horror que alguien los escuche.
--era mi primera vez con un hombre... fue por curiosidad...
Coqueto Christian dice:
--fue muy bueno.
A lo lejos, Emilio mira a los dos hombres hablando. Le dan celos. No le gusta cuando ve a Christian con otro hombre. Se queda con su padre para que no los vea hablar. No quiere que conozca la homosexualidad de Christian. Bastante tiene con Luís que está perplejo. Mientras Eduardo está hablando a Christian.
--No te imaginas lo que es salir con una testigo de Jehová...
--me hago una idea...
--¡¡no le puedo tocar ni un pelo... y es desesperante pero yo la quiero de verdad por eso tengo que hacer lo que su padre me dice...¡
--¿y él te pide que te acueste con otros?
--¡¡No claro que no pero ¿¿¿y qué hago?¡ Nadie me puede juzgar por estar con otra mujer, sólo que tú te cruzaste en mi camino...¡
--tranquilo, yo no quiero aceptar daño... Sólo era curiosidad...
Christian se aleja de él, va a despedir a su madre. Emilio está a su lado.
--¿que pasa con Eduardo? –Emilio.
--No, nada... sólo quería conocerlo...
Los dos hablan muy flojito.
--espero que no lo quieras incluir en tu lista de visitas nocturna... --Emilio molesto.
Christian sonríe:
--¿es que me espías?
Emilio se siente descubierto y eso le pone nervioso.
--¡¡no claro que no vivimos en frente, a veces en la noche pues no puedo dormir...¡¡
--la mala conciencia... --Christian irónico.
--¡¡contigo no se puede hablar...¡ --Emilio que teme que Christian se haya dado cuenta de cosas que quiere ocultar.
Christian le agarra del brazo.
--no te enfades...
A Emilio le sofoca que Christian lo toque. Se aparta de él. Sale del salón, Christian también. Luís se acerca a ellos y muy molesto dice a su amigo:
--¿¿y ahora sí me vas a explicar que hace esta locaza aquí??
Christian abraza por los hombros a su hermanastro y dice:
--ahora somos hermanos...
Luís se lleva las manos a la cabeza:
--¡¡pero esto es horrible...¡
Christian lo escucha burlón.
--por favor, Christian, déjanos solos... –le suplica Emilio.
--esta bien...
Con desprecio Luís le dice:
--¡¡eso vete reinona, vete a fornicar con el maricón de turno...¡
Cuando los dos amigos se quedan solos, Emilio le dice:
--Si nuestros padres se enteran nos obligaran a volver a casa...
--¡¡sí pero es que tienes al enemigo en casa...¡¡¿¿tu padre lo sabe?
--¡¡claro que no y es mejor hacer que no sabemos nada...¡¡
--¡¡Jehová Dios no puede mentir Tito 1:2, de ahí que las personas que desean su aprobación no deban mentir Colosenses 3:9,10.¡¡
--¿y desde cuando te tomas el estudio tan en serio?
--¡¡pero no me gusta estar viviendo con esa locaza... espero que esté bien lejos nuestro...¡¡

Luís se va a dormir enojado. Emilio se queda en su cuarto. Reza, reza a su Díos tratando que éste lo ilumine. Después lee un poco de los proverbios.
--hay 7 cosas que Jehová de veras odia, sí siete son cosas detestables a su alma: ojos altaneros, una lengua falsa, y manos que derramen sangre inocente, un corazón que fabrica proyectos perjudiciales, pies que se apresuran a correr a la maldad, un testigo falso que lanza mentiras, y cualquiera que envia contiendas a sus hermanos. (6:16-19).
Emilio oye ruido de un auto. Su corazón va a mil. Está seguro que es Christian.
--Ya llega con su amigo de turno...
Le duele mucho que casi cada noche lo vea entrar con un diferente. No quiere salir pero no puede evitar hacerlo. Se asoma un poco a la ventana. Los celos lo atormentan.


Al día siguiente, Emilio está en el banco de enfrente al bloque en el que vive. Estudia su biblia. Christian se acerca a su casa. Lleva una bolsa con unas botellas.
--hola... --le dice Christian.
Emilio levanta un poco la vista. Sonríe con timidez. Le pone muy nervioso la presencia del guapo chico así que centra sus ojos en su lectura. Christian lo ve tan distraído que no pierde la oportunidad. Tira la bolsa con la botella y hace que se tropieza. Quería caer al lado de la bolsa pero cae encima y un cristal se le clava al lado, en una nalga. No esperaba lastimarse.
--¡¡mierda...¡ --dice tocándose el costado.
Emilio lo mira.
--¡tranquilo, estoy bien... sigue en tu lectura...¡
--Estás sangrando... --Emilio preocupado.
Christian mira la mano y entonces hace que se desmaya. Emilio corre a ayudarlo.
--Christian... Christian...
Lo reanima. Christian se finge débil.
--perdona, es que me marea la sangre...ayúdame...
Aunque está muy nervioso Emilio lo ayuda. Lo acompaña hasta el baño.
--bueno, ya está....
--No, espera... necesito que me ayudes, que mires como está la herida...
--Yo no... –dice tímido.


Christian se baja el minipantalón. LLeva un tanga que deja todo el culo al aire. Emilio no se atreve a mirar, la vista le gusta demasiado. Se da la vuelta sofocado.
--venga, no te voy a violar. Sólo necesito que me mires la herida...
Ese culo distrae a Emilio. Lo excita demasiado planteándose cosas que no se quería plantear. No se atreve a acercarse. Lo hace con miedo. A medida que lo va curando se va tranquilizando. Le gusta ayudar a los demás. A Christian le gusta la manera en la que le está cuidando. También sabe que en ningún otro momento tendrá una ocasión como esta.
--necesito tumbarme... --le dice.
Emilio lo tumba en la cama. Le pone una almohada bajo la nuca.
--tengo calor... –dice Christian que se finge enfermo.
--te iré a buscar un trapo fresco...
--si --dice con los ojos cerrados.
Emilio regresa, esa vista de Christian tumbado, tan indefenso, en un tanga que le hace un gordo bulto pone a Emilio a 100. No quería sentir lo que está sintiendo. Por primera vez tiene a un hombre casi desnudo y le gusta. Le gusta mucho su paquete. Le cuesta dejar de mirarlo. Con mucho cariño le moja la cara, Christian abre los ojos, le agarra la mano y él dirige el trapo para que acaricia su cuerpo. a los dos les excita en especial el momento en el que Emilio tiene su mano en los genitales. Entonces Christian lo agarra del cuello y acerca su cabeza hacia él. Se miran con deseo, con intensidad. Sus labios están tan cerca... Ambos desean ese beso.