capitulo 7

Emilio y Christian están hablando frente a sus casas. A Christian le excita mucho el nerviosismo de Emilio.
--tranquilo, no le diré nada a Luís... Es más no tengo ninguna intención de tener ningún trato con él...
--No es mal chico...
--pero está equivocado, odia a los gays...
--Es lo que le han enseñado...
--¿y tú?
Esa pregunta pone muy nervioso a Emilio:
--¿yo que?
--¿nos odias?¿a los gays?
Con timidez, Emilio dice:
--No pero si mi padre se entera que lo eres no le va a gustar nada...
--No creo que pueda ocultar toda la vida que soy gay. No me gusta que la gente se avergüence de mí... No soy un criminal, no he hecho nada malo por lo que tenga que esconderme...
--Nadie ha dicho eso pero evita ese disgusto a mi madre...
--Por ella lo hago y también por ti...
Emilio sonríe. Siente que el corazón se le va a escapar del pecho:
--¿por mí?
Christian lo pone las manos en los hombros:
--no quiero meterte en líos...
Emilio se aparta de él, le excita demasiado su cercanía.
--yo ya me tengo que ir, no nos permiten estar hablando demasiado tiempo con una persona si no estamos predicando...
--¿¿en serio??
Emilio sonríe:
--No, claro que no...
Los dos se sonríen.
--sabes... eres muy fácil de engañar...
Christian se acerca coqueto a él:
--si, eso dicen todos los hombres que soy muy fácil...
Emilio agacha la cabeza avergonzado y se va corriendo. Christian sonríe.

Emilio está en su casa. Está como ausente. No deja de pensar en Christian y eso es algo que le pone nervioso. Luís se le acerca.
--ey ¿estás ahí?
Emilio no le hace caso. Luís le da golpes en la cabeza.
--¿ay alguien?¿qué pasa? Estás distraído...
Emilio fuerza una sonrisa.
--todo bien...
--seguro que no hay ningún problema?
--seguro.
--A veces esto es duro, la religión… No nos dejan hacer nada… si tienes miedo, alguna duda… Yo te puedo ayudar…
--todo bien…



Esa tarde, Julia y Christian están jugando a pelota en las pistas de basket que comparten los de la zona.
--¿¿como te va con tú testigo?
--lento pero seguro... Es algo raro pero buen tipo...
--El pobre tiene el cerebro lavado de tanta tontería que le han metido en su cabeza... Espero que no te cambie él a ti...
--claro que no... yo seré siempre el mismo... Me acostaré con él y luego cada uno seguirá con su vida...
Se callan porque ven llegar a Luís y a Emilio, con una pelota. Luís se molesta al ver a sus vecinos.
--¡¡queremos jugar...¡ --Luís con desprecio.
--estamos jugando nosotros --Christian.
Los dos se miran con rabia.
--¡no vosotros estáis mariconeando¡¡
Christian vota la pelota y la encesta:
--a esto se le llama jugar...
--¡¡No sabía que las reinonas hacían deporte, bonita¡ --dice Luís con ironía.
Christian no se deja ofender:
--¿de dónde has salido tú?¿de un instituto?
--Venga, yo no tengo ganas de discutir... Hemos estado predicando toda la mañana, tenemos derecho a jugar... –exige Luís.
--Mira Julia, no sabía que los Testigos de Jehová estos lloriqueaban... --Christian.
--pero es que es una tontería discutir, ¿porque no jugamos los 4 de dos a dos? --Julia.
--¡¡tú no puedes jugar... eres una mujer...¡ --Luís.
Christian y Julia se ríen de él.
--sí y además negra... ese es tu problema, a ver cual de los dos estereotipos de mente cerrada te va a dar de patadas en el culo --Julia.
--si ¿quien será la negra o el maricón? --Christian con desprecio.
--¡¡os vamos a dar la paliza de vuestra vida¡ --Luís.
--Venga, vosotros sin camiseta y nosotros con...
Con vergüenza Emilio dice:
--No, no... sin camiseta no...
--bueno, pues nosotros sin... –Christian divertido.
Los dos amigos se sacan la camiseta a la vez, Julia queda en sostenes, Luís se choca contra el palo de la canasta de la sorpresa y el deseo. Christian se ríe. Emilio está al lado de éste. Los pectorales de su vecino lo tiene a 100. Muy tímido dice:
--dejaos de payasadas... poneos la camisa...
Christian no le hace caso. Se pone la camiseta en la cintura.
--¡¡venga que empezamos...¡
Luís está cerca de Julia, lo excita y casi no se concentra. Emilio y Christian pegado uno a otro. Christian mete todas las canastas... Mientras tiene la pelota Emilio y Christian se la quiere quitar, Emilio le dice:
--No juegas nada mal...
Con mirada lasciva, Christian dice:
--sí me apunté a un equipo para ver a los deportistas desnudos... No sabe la que se monta en los vestuarios... Me acosté con casi todo el equipo...
Emilio se distrae y Christian le quita la pelota. Emilio está muy nervioso, el estilo de vida de Christian le pone nervioso, ese chico le hace sentir cosas que lo hacen sentir raro.
--¡¡venga, Emilio, menos hablar y más jugar...¡ --Luis.
Luís y Emilio no logran concentrarse y pierden el partido. Luís se va avergonzado. Mientras que Julia y Christian celebran su victoria, Emilio mira con deseo a Christian:
--enhorabuena... nos vemos...
Christian se acerca a Emilio:
--tú has jugado muy bien... tal vez otro día podremos repetir...
--sí puede ser...
Christian extiende su mano y ambos se dan un apretón de manos. Emilio siente un escalofrío por todo el cuerpo. Emilio se va, muy nervioso. De vez en cuando se va girando para mirar a ese chico que le gusta tanto. Casi se choca con una de las canastas. Christian se le ríe:
--¡cuidado¡
Emilio se va sin atreverse a mirar a atrás.

Días después, Emilio y Christian se encuentran frente a sus casas. Los dos van en traje.
--nervioso? --Emilio.
--nunca he entrado en una iglesia de esas...
Christian se ve tan perfecto, tan seguro de sí mismo que a Emilio le encanta que por una vez los papeles se cambien.
--no es una iglesia, es un salón del reino...
--pues lo que sea...
--tranquilo no te vamos a quemar... --dice Emilio divertido.
--si no se enteran que soy gay...
--eso sí... pero estoy seguro que te sabrás comportar... No harás nada que estropee su día más feliz a tu madre.
--y Luís, ¿estará?
--claro...
--y como le hacemos...?
--tranquilo, yo me ocupo de él... Eso espero...

Todo está listo para la boda de Eloisa y Emiliano. Nervioso en la congregación de Emilio, Christian no se separa de su lado. Mira fijamente a alguien. Los dos se sorprende al reconocerse. Es aquel tipo que se equivocó de puerta con el que Christian se acostó.